Cuando el neumococo ataca: infecciones, consecuencias y cómo defenderse

El neumococo es una bacteria cuyo nombre científico es Streptococcus pneumoniae (a menudo abreviado S. pneumoniae). Es un cocobacilo Gram positivo que suele presentarse en pares (diplococo) y que posee una cápsula polisacárida externa muy importante para su capacidad de causar enfermedad. 

Aunque muchas personas pueden portar la bacteria en la nasofaringe sin enfermarse (estado de “portador”), S. pneumoniae es culpable de una variedad de infecciones que van desde leves hasta potencialmente mortales. 

Correo: dana.malips@gmail.com

Epidemiología y relevancia global
  • Se han identificado más de 90 serotipos distintos de S. pneumoniae, pero solo unos cuantos —que varían según la región geográfica— causan la mayoría de los casos de enfermedad invasiva. 
  • En América Latina y en los países de ingresos medios y bajos, las infecciones neumocócicas representan una causa significativa de morbilidad y mortalidad, especialmente en niños menores de 5 años y en personas mayores. 
  • En adultos, estas infecciones también son un problema importante, especialmente entre aquellos con condiciones médicas crónicas o con sistemas inmunitarios debilitados. 
  • La vacunación infantil sistemática con vacunas neumocócicas conjugadas ha reducido de forma significativa la carga de enfermedad en muchos países, no solo en niños sino indirectamente en adultos (efecto de rebaño). 

Patogenia: cómo causa daño el neumococo

Para que se produzca la infección neumocócica, S. pneumoniae debe cumplir varios pasos:

  1. Colonización nasofaríngea: muchas personas tienen la bacteria en la garganta o nariz sin síntomas. 
  2. Invasión local: la bacteria puede propagarse desde la nasofaringe a estructuras vecinas (oídos, senos paranasales, pulmones) aprovechando factores que favorecen su adherencia o disminuyen el aclaramiento mucociliar. 
  3. Diseminación hematógena (cuando ocurre enfermedad invasiva): en casos graves, la bacteria accede al torrente sanguíneo y alcanza sitios habitualmente estériles como la sangre, las meninges o las articulaciones. 
  4. Respuesta inflamatoria: los componentes de la pared celular bacteriana y las toxinas activan una fuerte respuesta inmune del huésped que en muchos casos contribuye al daño tisular. 

Un factor clave de virulencia es la cápsula polisacárida, que permite a la bacteria evadir la fagocitosis cuando no está opsonizada. 

Factores de riesgo para infección neumocócica invasiva

Algunas condiciones aumentan considerablemente la probabilidad de que una infección neumocócica sea grave o invasiva:

  • Edad extrema: menores de 2 años y mayores de 65 años 
  • Enfermedades crónicas: asma, EPOC, enfermedad cardíaca, diabetes, enfermedad hepática, insuficiencia renal 
  • Inmunosupresión: VIH, tratamientos quimioterápicos, uso de corticosteroides 
  • Asplenia anatómica o funcional: la falta del bazo (o su funcionamiento defectuoso) reduce la capacidad del cuerpo para eliminar bacterias encapsuladas como el neumococo. 
  • Defectos del sistema del complemento, neutropenia 
  • Enfermedades virales recientes (como gripe), tabaquismo, daño de la mucosa respiratoria, aspiración de secreciones 
  • Vida en ambientes cerrados o con hacinamiento (guarderías, residencias, prisiones) 
Manifestaciones clínicas: espectro de enfermedad

La clínica dependerá de la localización de la infección. Algunas de las formas más frecuentes incluyen:

Infecciones del tracto respiratorio

  • Neumonía neumocócica: aparición súbita de fiebre, escalofríos, dolor torácico, tos con esputo (a veces color “herrumbre”) y dificultad respiratoria.
  • Sinusitis, otitis media: más comunes en niños, pueden presentarse como dolor facial, congestión nasal, secreción, otalgia, fiebre. 

Enfermedad neumocócica invasiva

  • Bacteriemia / sepsis: la bacteria en sangre puede producir fiebre alta, escalofríos, hipotensión, daño a órganos por diseminación. 
  • Meningitis: infección de las meninges, con fiebre, cefalea intensa, rigidez de nuca, fotofobia, confusión. Es una de las formas más graves, con riesgo de complicaciones neurológicas. 
  • También puede alcanzar articulaciones (artritis), endocardio (endocarditis), peritoneo (peritonitis) y otras localizaciones por diseminación. 

Las tasas de mortalidad son notables en las formas invasivas, especialmente en personas mayores o con comorbilidades. Por ejemplo, la meningitis neumocócica en adultos puede tener mortalidad significativa y secuelas neurológicas entre los sobrevivientes. 

Diagnóstico

El diagnóstico de infecciones neumocócicas depende del sitio de infección y de muestras clínicas. Las herramientas incluyen:

  • Cultivo de sangre, esputo, líquido cefalorraquídeo u otras muestras pertinentes para aislamiento de S. pneumoniae
  • Pruebas moleculares (PCR) o detección de antígenos en orina (especialmente en neumonía) para identificar rápidamente el microorganismo. 
  • Hemocultivos y antibiogramas para determinar susceptibilidad a antibióticos y guiar el tratamiento. 
  • En meningitis, la punción lumbar y análisis del líquido cefalorraquídeo (citología, glucosa, proteínas, Gram) son esenciales. 
  • Imágenes (radiografía de tórax, tomografía computarizada) especialmente en neumonía para evaluar extensión del daño pulmonar. 

Una vez identificado el organismo, el resultado del antibiograma es clave, dado que algunas cepas de neumococo han desarrollado resistencia a antibióticos comunes (por ejemplo, penicilina). 

Tratamiento

El tratamiento oportuno con antibióticos es fundamental. Algunos aspectos importantes:

  • Los antibióticos de elección suelen ser penicilina, amoxicilina, cefalosporinas, macrólidos u otros según sensibilidad local. 
  • En casos de resistencia, se debe elegir fármacos con base en el antibiograma para asegurar eficacia. 
  • En infecciones graves (como meningitis o sepsis), puede requerirse tratamiento intravenoso, cuidados intensivos y manejo de complicaciones. 
  • Soporte sintomático: oxígeno, líquidos, manejo del dolor, control de fiebre, etc.
  • El monitoreo clínico es crucial para evaluar respuesta y prevenir complicaciones.
Prevención

La prevención es un pilar fundamental para reducir la carga de enfermedad neumocócica. Entre las estrategias más efectivas:

Vacunación

  • Existen vacunas conjugadas (por ejemplo, PCV10, PCV13) dirigidas a ciertos serotipos, especialmente usadas en la población infantil. 
  • También existe una vacuna de polisacáridos que cubre 23 serotipos (PPSV23) que se utiliza en adultos y personas con factores de riesgo. 
  • En muchos países, se recomienda la vacunación rutinaria infantil y la vacunación de adultos mayores o personas con enfermedades de riesgo. 
  • La vacunación no solo protege al individuo, sino que puede disminuir la transmisión (efecto indirecto). 
  • Estudios y recomendaciones actuales favorecen esquemas combinados en adultos con alto riesgo (por ejemplo, usar primero vacuna conjugada y luego polisacárida). 

Medidas generales de salud pública

  • Buen estado nutricional.
  • Control de enfermedades crónicas.
  • Reducción del tabaquismo.
  • Evitar hacinamiento y mejorar ventilación.
  • Promover higiene respiratoria (cubrir boca al toser, lavado de manos).
  • Identificar y manejar prontamente episodios de gripe u otras infecciones respiratorias, ya que pueden favorecer la infección neumocócica secundaria. 
Retos y perspectivas futuras
  • La resistencia antibiótica es un desafío creciente: algunas cepas de neumococo han desarrollado resistencia a penicilina u otros antibióticos, lo que hace necesario vigilancia epidemiológica y ajustes terapéuticos. 
  • Nuevas vacunas conjugadas que incorporen más serotipos están en desarrollo o ya disponibles en algunos lugares, lo que podría ampliar la protección. 
  • Las estrategias de vacunación en adultos y grupos de riesgo necesitan actualización constante conforme cambian los patrones serotípicos y la epidemiología regional. 
  • La vigilancia epidemiológica, la educación en salud, y el acceso equitativo a vacunas y tratamiento son esenciales para reducir las disparidades en mortalidad por neumococo.

Las infecciones por neumococo constituyen una carga significativa para la salud pública en todo el mundo, especialmente en niños pequeños, adultos mayores y personas con comorbilidades. Gracias a los avances en vacunación, muchos países han logrado reducir la incidencia de enfermedad neumocócica grave. Sin embargo, los retos como la resistencia bacteriana, la variabilidad de serotipos y la necesidad de mejorar la cobertura vacunal en grupos vulnerables siguen siendo prioridades.

Un enfoque integral que combine vacunación, diagnóstico oportuno, tratamiento adecuado y medidas preventivas puede disminuir considerablemente la morbilidad y mortalidad asociadas a este patógeno.

Referencias 

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Infecciones neumocócicas. (s. f.). MedlinePlus en español. Recuperado de https://medlineplus.gov/spanish/pneumococcalinfections.html medlineplus.gov



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